Hundida en la profundidad de
todas las épocas y recorriendo toda la amplitud terrenal, la inquietud renace,
una y otra vez, como una de las emociones incontroladas con la que el ser humano
debe de convivir. Esta inquietud desorbita el raciocinio de aquellos que
deciden indagar en lo oculto, lo desconocido, lo siniestro o lo misterioso...
Si por ende, decidimos dar rienda
suelta a nuestras inquietudes más oscuras y nos adentramos en ese mundo de
sombras, y a poder ser, para enriquecer la trama, en un tenebroso castillo de
arquitectura medieval con sus sótanos, criptas y pasadizos o en un frío, silencioso
y lúgubre monasterio donde se respire una atmósfera asfixiante, donde el
misterio y el suspense caminen de la mano a nuestro lado consiguiendo que nuestros
sentidos e instintos más primarios se agudicen a la espera de un suceso
sobrenatural de difícil explicación, y nuestras emociones se desboquen hasta
ser absorbidos por un mundo desconocido donde primen patéticas falacias y
larvados erotismos, estaremos probablemente siendo testigos de primera mano o
tal vez protagonistas sin saberlo de una novela de terror gótico.
La narrativa gótica surge en Inglaterra a finales del siglo XVIII, su
obra fundadora fue “El castillo de
Otranto” cuya primera edición apareció en 1764 siendo su creador el
escritor, político y arquitecto Horace Walpole, iniciando así un género
literario que llegó a su cúspide como tal a principios del siglo XIX.
El castillo de Otranto
Horace Walpole
Alianza Editorial
Es por ello que el género gótico
esta íntimamente relacionada con el romanticismo del siglo XIX. Bien es sabido
que el romanticismo surge en la segunda mitad del siglo XVIII en Inglaterra y
Alemania. Anteriormente, la arquitectura y literatura dominantes pertenecían al
movimiento neoclásico, que reivindicaba el mundo clásico, el predominio de la
razón y de la armonía. Pero este nuevo movimiento cultural y político, en
contraposición al neoclásico, reivindicaba una reacción contra el predominio de
la razón, una oposición clara al racionalismo que negaba todo lo sobrenatural.
El género gótico surgió con una
gran fuerza de atracción hacia lo oscuro y lo caótico reivindicando la emoción
frente a la razón. Igualmente el romanticismo reivindicaba dar espacio a la
emoción, a la muerte, al mundo de los espíritus, a lo siniestro, por lo cual
estará omnipresente en lo gótico, que no es, ni más ni menos, que una vertiente
englobada dentro del romanticismo.
Por lo tanto, la narrativa más
característica del género que nos ocupa navegará entre dos aguas, entre lo
bello y lo sublime. Sublime en tanto que se caracteriza por unas descripciones
extenuantes de los escenarios, de los personajes y de las emociones de estos a
lo largo de la trama, con la idea de producir en lector la perdida de la
racionalidad transformando su imaginación, quedando a la deriva del sentimiento
del displacer... Puede ser tan puramente bello que produce dolor en vez de
placer.
Entre 1765 y 1820 aparecieron
innumerables textos con este sentimiento morboso y angustiante, obras como la
nombrada anteriormente y otras que aparecían en formato reducido, es decir, las
afamadas novelas por entregas, que conseguían mantener el suspense y avivar la
curiosidad lectora dosificándola con la espera, avivando de ese modo la
inquietud del lector. En 1796 se publica “El
Monje” de Matthew Gregory Lewis,
una novela escabrosa y anticatólica que afianzó el gótico como género literario
transgresor y diferenciador por su
crudeza, siendo esta una de las novelas más populares del romanticismo.
El Monje
Matthew G. Lewis
Valdemar
A partir de entonces la narrativa gótica sufre un declive, se hunde entre
la fangosa mezquindad social durante unos años, y no es hasta la primera mitad
del siglo XIX cuando vuelve a renacer, dando paso a lo que se conoce como el
terror moderno, una nueva etapa literaria que dejaría obsoleta a la narrativa
gótica más tradicional, esta nueva literatura exploraría el factor psicológico
que dará comienzo a una nueva etapa que tendrá como precursores a grandes
figuras de la literatura mundial como Edgar Allan Poe o Howard Phillips Lovecraft entre otros muchos, pero esto es ya otra historia, otra inquietud...
Artículo escrito por Diego L.G para la revista Dimensión Paralela
Artículo escrito por Diego L.G para la revista Dimensión Paralela
Extraordinaria lección de historia sobre literatura y una gran agudeza expositiva para fomentar, no sólo la obra de "El Castillo de Otranto" o "El Monje", sino también vincularlas a su corriente literaria y encontrar otras referencias literarias para los entusiastas de este género.
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