Guerra de Jugurta
Gayo Salustio Crispo (86 a.c - 35 a.c)
Editorial Gredos
Gayo Salustio Crispo nos traslada a un momento en la historia de Roma en el que tanto la política como la guerra están en pleno auge estamos alrededor del 100 a.C., Jugurta intenta hacerse con el poder en Numidia, (actualmente Argelia y parte de Túnez) un país aliado de Roma. A la muerte del rey Masinisa, el hijo de éste, Micipsa hereda el poder, tiene dos hijos Aberdal e Hiempsal, pero también tiene un sobrino al que trata como uno más de sus hijos hasta que la popularidad de éste pone en riesgo el eclipsar a sus vástagos, por ese motivo es enviado a Hispania a combatir junto a sus aliados romanos. Estando entre ellos consigue establecer lazos con influyentes personajes romanos, y sobretodo aprende lo fácil que es sobornarlos.
Su gran momento en Hispania es el asedio a Numancia junto con Escipión Emiliano, en la que fue llamada la tercera guerra celtíbera. El propio Escipión Emiliano elogia la valentía de Jugurta y su caballería númida.
En el 118 a.c. muere Micipsa, éste tiene a bien dividir su reino entre sus dos hijos y su sobrino Jugurta, ya convertido en un héroe para su pueblo. La ambición de Jugurta no tiene límites, asesina a Hiempsal y provoca una guerra contra Aberdal de la que Jugurta resulta vencedor, provocando la huida de éste que busca refugio en Roma donde es recibido y ofrece un discurso de denuncia en el Senado romano, la decisión que toman los romanos (probablemente sobornados por Jugurta) es la de repartir el reino entre los dos, el este para Aberdal y el oeste para Jugurta.
Pero traicionando la decisión del senado romano Jugurta intenta hacerse para sí con todo el reino, lo que le lleva inevitablemente al enfrentamiento armado con Roma.
Gayo Salustio Crispo, nos explica con una prosa directa y cáustica la falta de moralidad de sus compatriotas, donde no escatima en criticar a Roma y sus grandes vicios y no menos grandes vergüenzas, probablemente es excesivamente severo a la hora de criticar las actuaciones de sus compatriotas, ya que la historia demuestra que él tampoco fue un dechado de virtudes.
La parte de historia militar no está tan presente en su ensayo, sí describe las batallas y como se resolvieron, pero parece ser que arroja datos posiblemente erróneos y comete equívocos cronológicos, por tanto se puede entender que para él esa parte no era la más importante o bien es posible que no tuviese todos los datos.
Pero independientemente de todo lo expuesto con anterioridad, lo más importante es que Salustio nos explica cómo se comportaba la mayor superpotencia de la época, nos pincela un cuadro que evoca realidad, por el que desfilan grandes hombres y grandes nombres, él es contemporáneo de Julio Cesar, Cicerón, Pompeyo…solo por citar algunos. Sin olvidar que por el ensayo que nos ocupa, pasan nombres tan importantes para el devenir de Roma como Mario y Sila.
Gayo Salustio Crispo nació en Amiterno (era por lo tanto sabino), en el año 86 a.c. Hasta el año 55 a.c. no se sabe nada de él, en ese año pudo ostentar el título de cuestor, siendo Craso y Pompeyo cónsules, parece ser que a Salustio y Pompeyo les unía ya una buena amistad al igual que con Julio Cesar, que durante mucho tiempo fue su protector; lógicamente y por el devenir de los acontecimientos su amistad con Pompeyo quedó en el olvido. En el 52 a.c. fue tribuno de la plebe, justo en el momento en el que se produjo una gran revuelta entre los seguidores de Clodio y Milón siendo el primero asesinado, Salustio se oponía a Milon y al partido de Pompeyo así como al resto de la vieja aristocracia romana. En el 51 a.c pudo haber sido procuestor en Siria y posteriormente llegara a ser gobernador de la provincia africana Noua, antaño reino Númida, todo ello gracias al apoyo de Julio Cesar, con el que combatió siendo pretor en el 46a.c. en la batalla de Tapso en la que acabaron con el resto de partidarios de Pompeyo. Su labor como gobernador de la nueva provincia romana no fue la de un buen político ni gestor, en cambio sí que fue la de un tirano con una total opresión y extorsión al pueblo en la que solo la amistad e influencia de César le permitió eludir una más que merecida condena.
Salustio no tiene otra opción que desaparecer de la vida pública y se retira a su villa para dedicarse a escribir literatura histórica y a cuidar de su jardín. Murió en Roma en el año 35 a.c.
Escrito por V.M.T
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Dejaron su comentario...